Maldita monotonía

—¿Mi sistema de defensa? No lo sé –dije, meditabundo–. Supongo que evitar la lucha contra mí mismo… –respondí, sin mucha convicción–. Resulta evidente que, a menudo, enfocar nuestras energías en la búsqueda de la bestia que acecha tras el armario de nuestra habitación, es una mala decisión; no es inteligente, es una perdida de tiempo. Pero, por otro lado, no hay un enemigo al cual pueda hacer frente en el exterior, en el mundo real. Es como si se hubieran esfumado con la llegada de la “era de la información”, en que todos parecen ser demasiado libres, autónomos y auto-suficientes, pero, ¿en realidad lo son? Yo no lo creo, pero, ¿qué importa lo que yo crea? Soy igual a ellos; y al igual que ellos, soy incapaz de escapar de ésta maldita monotonía.

Deje un comentario